“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.” Juan 15: 7.
Necesariamente debemos estar en Cristo para poder vivir para Él, y hemos
de permanecer en Él para ser capaces de argumentar la largueza de esta
promesa Suya. Permanecer en Jesús es no abandonarlo nunca por otro amor,
o por otro objeto, sino que es permanecer en una unión viva, amorosa,
consciente y dispuesta, con Él. El pámpano no sólo está siempre cerca
del tallo, sino que siempre está recibiendo vida y fertilidad de él.
Todos los verdaderos creyentes permanecen en Cristo en un sentido; pero
hay un significado más elevado que debemos conocer antes de que podamos
alcanzar un poder ilimitado en el trono. “Pedid todo lo que queréis es
para los ‘Enocs’ que caminan con Dios, para los ‘Juanes’ que se
recuestan en el pecho del Señor, para aquellos cuya unión con Cristo los
conduce a una constante comunión.
El corazón debe permanecer en amor, la mente debe estar enraizada en
la fe, la esperanza debe estar cimentada en la Palabra, el hombre entero
debe ser unido al Señor, pues de lo contrario sería peligroso que se
nos confiara el poder de la oración. La carte blanche (carta blanca)
puede ser otorgada únicamente a alguien cuya misma vida es: “Ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí.” ¡Oh, ustedes que rompen su comunión, cuánto
poder pierden! Si quisieran ser poderosos en sus súplicas, el Señor
mismo ha de permanecer en ustedes, y ustedes en Él.